The Underworld of Hydrothermal Vents

Ir al Mar es un Regalo

Jul. 31 2023

No muchas personas pueden tener acceso en primera fila a ver los maravillosos y misteriosos ecosistemas que se esconden en las profundidades del océano. Tener en las manos especímenes que viven a 2500 m de profundidad es recordar que nuestro planeta alberga vida en cada rincón y que debemos luchar más fuerte por protegerlo. Estas investigaciones en zonas profundas son de suma importancia porque son la puerta a la conservación de estos ecosistemas. Estos sistemas biológicos pueden albergar la solución a muchos problemas actuales que enfrenta la humanidad. Por ejemplo, la enzima descubierta en organismos de ventilas hidrotermales que permitió desarrollar diagnósticos rápidos en la pandemia de Covid-19.

Stefan Sievert and Ivonne Rodriguez look at a water sample containing several bacteria specimens which have not been reported in this type of environment

Además de albergar soluciones a problemáticas actuales, puede que también encontremos ahí las soluciones a problemas futuros que en este momento ni siquiera imaginamos.
Otra razón que apoya el estudio de ecosistemas de profundidad es que el océano es el mayor aliado que tenemos contra el cambio climático. Nuestro océano es el mayor sumidero de CO2 del planeta y sabemos que muchos de sus ecosistemas someros, como arrecifes de coral y manglares, brindan muchos servicios ecosistémicos, pero… ¿y los ecosistemas profundos?

Hay que recordar que todo está conectado por la misma columna de agua, es importante entender de manera clara el rol de los ecosistemas de profundidad y su conexión con otros ecosistemas marinos, para entender las verdaderas consecuencias ambientales que se podrían generar en caso de perder el equilibrio y generar daño en estas zonas. Lo anterior es de suma importancia a la luz de las conversaciones actuales e intereses presentes sobre la minería de los recursos de fondos marinos.

Cuidar la curiosidad que tenemos de manera natural cuando estamos en la niñez es indispensable para convertirnos en buenos ciudadanos del mundo. Con todo esto, lo importante de entender es que las personas cuidan lo que aman. La divulgación de lo que se encuentra y se descubre durante las expediciones a zonas profundas es acercar estas zonas lejanas al resto de la población. Esta es la manera en que las personas pueden enamorarse de estos ecosistemas y tomar acción para protegerlos. En mi experiencia a bordo del Falkor (Too) entendí con más claridad que esto es una arista necesaria dentro de la ciencia. Lamentablemente, tener espacios de creatividad y de expresión para la comunicación de la ciencia de zonas profundas, así como ser parte de ella, es un privilegio que pocos tienen y es deber de los que estudiamos estos sitios, compartir este regalo con los demás.

Going to Sea is a Gift

Not many people can have front-row access to see the wonderful and mysterious ecosystems hidden in the depths of the ocean. Holding specimens that live at a depth of 2500 meters is a reminder that our planet harbors life in every corner and that we must fight harder to protect it. These investigations in deep-sea areas are of utmost importance because they are the gateway to conserving these ecosystems. These biological systems may hold the solution to many current problems faced by humanity. For example, the enzyme discovered in hydrothermal vent organisms that allowed for the rapid development of Covid-19 diagnostics. In addition to harboring solutions to current issues, we might also find solutions to future problems that we can’t even imagine at this moment.

Another reason supporting the study of deep-sea ecosystems is that the ocean is our greatest ally against climate change. Our ocean is the largest CO2 sink on the planet, and we know that many of its shallow ecosystems, such as coral reefs and mangroves, provide many ecosystem services, but what about the deep ecosystems? We must remember that everything is connected through the same water column; it is important to clearly understand the role of deep-sea ecosystems and their connection with other marine ecosystems to grasp the true environmental consequences that could arise if we lose balance and cause damage in these areas. The above is of utmost importance in light of current conversations and interests regarding deep-sea mining of marine resources.

Nurturing the curiosity we naturally have during childhood is essential to becoming good global citizens. With all this in mind, it is crucial to understand that people take care of what they love. Sharing the discoveries made during expeditions to deep-sea areas is a way to bring these remote zones closer to the rest of the population. This is how people can fall in love with these ecosystems and take action to protect them. From my experience aboard the Falkor (Too), I understood more clearly that this is an essential aspect within science. Unfortunately, having spaces for creativity and expression to communicate deep-sea science, as well as being part of it, is a privilege that few have, and it is the duty of those of us who study these sites to share this gift with others.


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